sábado, 3 de octubre de 2009

Diferentes actividades médicas privadas

Una de las mayores dificultades para ponernos de acuerdo los médicos ha sido la gran heterogenicidad de como realizamos nuestra actividad médica en el ámbito privado. Cada cual tiene necesidades diferentes y una forma diferente de obtener beneficios. Lo que favorece a uno, puede no favorecer a el que realiza su actividad de otra manera.

Además de esta heterogenicidad, se añade el concepto de competencia en la actividad. El dar información a las otras partes de como se realiza la actividad, puede suponer que se pierdan pacientes o que se muestren al mercado vias de aprovisonamiento de pacientes que ha costado mucho esfuerzo fidelizar, y que se ponen entonces en peligro.

Es nuestra opinión, que a pesar de estas dificultades enumeradas, hay que encontrar un común lugar intermedio, en el que podamos obtener beneficio de nuestra asociación como médicos empresarios.

Para ello lo primero es intentar sistematizar estas diferentes formas de ejercer la actividad sanitaria en el ámbito privado.

1. La forma más frecuente es el médico, que como autónomo o formando parte de una llamada ahora sociedad profesional (ya sea limitada o anónima), ejerce su actividad en su propia consulta o centro clínico. La mayoría de las veces la actividad quirúrgica o los procedimientos invasivos se realizan en otras Clínicas u Hospitales en las que se citan a los pacientes.

Un ejemplo típico de este tipo de actividad es el otorrinolaríngólogo, que ve a sus pacientes, los explora con laringoscopia, otoscopia, rinoscopia, audiometria, impedenciometria, en su propia consulta. Si es necesario los cita para intervenciones quirúrgicas en otro hospital, y luego los cita de nuevo para las revisiones.

Sin embargo un número cada vez mayor de centros, asume en el mismo la realización de los procedimientos, como los oftalmólogos que operan sus cataratas, los digestivos que realizan sus endoscopias, los dermatólogos que realizan los tratamientos con laser o crioterapia y así otros muchos ejemplos. La organización, la administración, y la amortización de estos centros se hace cada vez más complicada.

En estos casos es el profesional el que corre con todos los gastos de explotación, es el el encargado de publicitar su actividad, y es el encargado de realizar toda la facturación con los seguros médicos.

Una variedad de esta forma de realizar la actividad, envidiada por todos nosotros, es el profesional que ha decidido no tratar pacientes de seguros, con cuyos baremos no está de acuerdo, y que en el caso de tratarlos, lo hace a traves de pólizas que reembolsan el gasto médico al paciente.

Un pequeño porcentaje de los médicos que desarrollan esta actividad, sobre todo los que se ocupan de aspectos relacionados con la dermoestética, son capaces de establecer distintas delegaciones de su negocio en distintos lugares físicos, con los que el concepto de empresa de su explotación médica aumenta.

2. La segunda opción más frecuente es una análoga a la anterior, pero es este caso el profesional, realiza su actividad en una policlínica, la cual corre con los gastos de recepción, de cobro a los pacientes y a aseguradoras, de publicidad etc, a cambio de una remuneración. En la mayoría de los casos sueles ser un porcentaje de los honorarios del médicos, y en otros caos es un importe fijo, en concepto de alquiler. En unos casos la policlínica es propietaria del apartaje necesario para el desarrollo de la actividad, y otras veces es el médico, o los son de forma compartida. Cuando se realiza actividad en otro centro, según la modalidad de contrato entre la partes, y quien sea el titular de la intervención con los seguros, se comparten o no los honorarios correspondientes.

3. Una opción cada vez más habitual con la constitución de hospitales privados que pretenden dar una asistencia integral, lo más parecida a la que se presta en la medicina pública, es la de profesionales como autónomos o como sociedad, que pactan con dichos hospitales la prestación de servicios considerados como generales. Aquí se encuentran los radiólogos, los anatomopatólogos o los analistas, que desarrollan la actividad para el hospital, no en régimen de asalariados, sino con un contrato negociado por ambas partes. Muchos de estos profesionales pueden ser propietarios o socios con el hospital del aparataje necesario para su actividad. La mayoría de ellos tambien contratan a su vez a otros profesionales para intentar una asistencia integral. Entre el hospital y los ya claramente médicos empresarios, se negocian periódicamente los contratos.

Una variante de esta forma de negocio es la que desarrollan los médicos clínicos. En este caso cirujanos, traumatólos, digestólogos etc, pactan con el hospital en manejo completo y en exclusividad de los pacientes del ámbito de su especialidad. Se pactan periódicamente los contratos, en los que se fijan los porcentajes de los honorarios que corresponden a cada una de las partes, si intervinen los médicos en la publicitación de la actividad o en la compra de material, y el tiempo de vigencia y las condiciones de los contratos.

4. Por último se encuentra la actividad que desarrolla el médico contratado como empleado por una empresa que se dedique a la medicina privada. Ya sea en policlínicas, hospitales, aseguradoras o mutuas. Este tipo de actividad no está dentro del ámbito de los que queremos agrupar como médicos empresario en nuestra asociación.

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